El cambio climático, la escasez de agua, el crecimiento de la población, los cambios demográficos y el aumento de la urbanización han planteado un desafío a los agentes implicados en la gestión del agua a encontrar nuevos sistemas de suministro. Para el 2025, la mitad de la población mundial vivirá en áreas con escasez de agua. La reutilización de aguas residuales para recuperar agua, nutrientes o energía se está convirtiendo en una estrategia importante. Los países utilizan cada vez más las aguas residuales para el riego: en los países en desarrollo, esto representa el 7% de las tierras de regadío. Aunque este enfoque plantea riesgos para la salud, la gestión segura de las aguas residuales puede tener múltiples impactos, como el aumento de la producción de alimentos.
Agua: ¿Recurso Vital Renovable?
En la actualidad, se calcula que el 80% de las aguas residuales industriales, municipales y agrícolas del mundo se vierten al medio ambiente sin tratamiento, sin posibilidad de reutilización, lo que tiene un impacto en la salud humana y el ambiente. A nivel mundial solo se reutiliza en un 4% a nivel mundial, en comparación con la tecnología y las capacidades prácticas que podemos desarrollar para su reutilización en la actualidad (por ejemplo, aguas grises de procesos de limpieza urbana e industrial).
En términos generales, algunas de las actividades de reutilización de aguas residuales son las siguientes: riego agrícola (cultivos y semilleros), riego de parques y jardines (campos de golf, cementerios, medianas, cinturones verdes), reutilización industrial (refrigeración, suministro de agua de caldera), reabastecimiento (reabastecimiento de acuíferos, control de intrusiones marinas, control de hundimientos), uso urbano de agua no potable (riego de espacios verdes, extinción de incendios, baños, aire acondicionado, lavado de automóviles, riego de calles, uso ambiental (caudal ecológico, humedal) u otro (acuicultura) , deshielo), construcción, remoción de polvo, limpieza de cría de animales).